En carta, asesor-jefe de Dilma Rousseff expone argumentos para apoyar proceso de paz en Colombia.
El gobierno de Brasil le brindó ayer su pleno respaldo al proceso de paz con las Farc, que se iniciará a mediados de octubre en Oslo (Noruega).
Marco Aurélio Garcia, asesor-jefe de la Asesoría Especial de la presidenta Dilma Rousseff y funcionario clave en la política exterior brasileña, expone en un documento titulado 'Brasil y América del Sur apoyan el final rápido del conflicto armado en Colombia' los argumentos de su gobierno para apoyar la iniciativa del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla. (Vea Habrá contactos previos antes de comenzar diálogos en Oslo).
Este es el texto escrito por el alto asesor del gobierno de Dilma Rousseff:
"El reciente anuncio de negaciones de paz entre el Gobierno y las Farc es un acontecimiento de la más alta relevancia no solamente para Colombia sino para toda América del Sur. Se trata de una decisión madura y patriótica; una apuesta clara a la profundización de la democracia en Colombia y en toda la región.
"Desde el inicio del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, acompañamos de cerca la evolución del conflicto, con la discreción y prudencia que la situación aconsejaba. Nuestra posición, reiterada recurrentemente, fue la de colocarnos siempre a la disposición para ayudar en la búsqueda de una solución negociada de la paz, siempre que fuera solicitada por el Gobierno colombiano.
"En los últimos años, helicópteros de nuestras Fuerzas Armadas estuvieron presentes en misiones humanitarias, sobre todo en el rescate de rehenes liberados por las Farc. Yo mismo participé de la misión de garantes internacionales, en el intento de recibir prisioneros liberados por el grupo insurgente, que tuvo el acuerdo del gobierno (de Álvaro) Uribe.
"La solución de un conflicto que dura muchas décadas y que tiene raíces sociales y políticas tan profundas no se dará con un pase de magia. Pero no puede esperar mucho. La decisión de ponerles fin, a través de negociaciones, a tantos años de sufrimiento del pueblo colombiano demuestra madurez, pero sobre todo trae consecuentemente un sentimiento de urgencia que no puede ser desconsiderado y olvidado.
"Historiadores y analistas políticos han tratado de arrojar luces sobre este largo y difícil período de la historia colombiana, y estoy convencido de que continuarán haciéndolo. A muchos no los mueve solamente la convicción científica, sino seguramente, una loable y comprensible preocupación para que estos acontecimientos no se vuelvan a repetir. La expresión "nunca más" se ha usado con frecuencia en nuestra América para exorcizar períodos difíciles de la vida de nuestros países. Sería muy importante que los colombianos también pudieran decir nunca más, en un futuro próximo, en relación a aquellos crueles años.
"Mi sentimiento, que es el de la presidenta Dilma Rousseff, es que esta nueva etapa de negociaciones, que se iniciará en pocos días en Oslo, sea capaz de mantener el espíritu que condujo a las partes hasta esta patriótica decisión. Espero que, con el cuidado necesario, la decisión de la paz pueda llegar en el plazo más breve posible.
La urgencia de llegar a la paz no puede ser entendida como un capricho sino como un imperativo, tras el cual está el intento de rescatar del sufrimiento a las víctimas de la violencia y, sobre todo, el deseo de una Colombia que pueda reunir hombres y mujeres, en su diversidad política e ideológica, en torno de instituciones democráticas".
Marco Aurélio Garcia, asesor-jefe de la Asesoría Especial de la presidenta Dilma Rousseff y funcionario clave en la política exterior brasileña, expone en un documento titulado 'Brasil y América del Sur apoyan el final rápido del conflicto armado en Colombia' los argumentos de su gobierno para apoyar la iniciativa del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla. (Vea Habrá contactos previos antes de comenzar diálogos en Oslo).
Este es el texto escrito por el alto asesor del gobierno de Dilma Rousseff:
"El reciente anuncio de negaciones de paz entre el Gobierno y las Farc es un acontecimiento de la más alta relevancia no solamente para Colombia sino para toda América del Sur. Se trata de una decisión madura y patriótica; una apuesta clara a la profundización de la democracia en Colombia y en toda la región.
"Desde el inicio del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, acompañamos de cerca la evolución del conflicto, con la discreción y prudencia que la situación aconsejaba. Nuestra posición, reiterada recurrentemente, fue la de colocarnos siempre a la disposición para ayudar en la búsqueda de una solución negociada de la paz, siempre que fuera solicitada por el Gobierno colombiano.
"En los últimos años, helicópteros de nuestras Fuerzas Armadas estuvieron presentes en misiones humanitarias, sobre todo en el rescate de rehenes liberados por las Farc. Yo mismo participé de la misión de garantes internacionales, en el intento de recibir prisioneros liberados por el grupo insurgente, que tuvo el acuerdo del gobierno (de Álvaro) Uribe.
"La solución de un conflicto que dura muchas décadas y que tiene raíces sociales y políticas tan profundas no se dará con un pase de magia. Pero no puede esperar mucho. La decisión de ponerles fin, a través de negociaciones, a tantos años de sufrimiento del pueblo colombiano demuestra madurez, pero sobre todo trae consecuentemente un sentimiento de urgencia que no puede ser desconsiderado y olvidado.
"Historiadores y analistas políticos han tratado de arrojar luces sobre este largo y difícil período de la historia colombiana, y estoy convencido de que continuarán haciéndolo. A muchos no los mueve solamente la convicción científica, sino seguramente, una loable y comprensible preocupación para que estos acontecimientos no se vuelvan a repetir. La expresión "nunca más" se ha usado con frecuencia en nuestra América para exorcizar períodos difíciles de la vida de nuestros países. Sería muy importante que los colombianos también pudieran decir nunca más, en un futuro próximo, en relación a aquellos crueles años.
"Mi sentimiento, que es el de la presidenta Dilma Rousseff, es que esta nueva etapa de negociaciones, que se iniciará en pocos días en Oslo, sea capaz de mantener el espíritu que condujo a las partes hasta esta patriótica decisión. Espero que, con el cuidado necesario, la decisión de la paz pueda llegar en el plazo más breve posible.
La urgencia de llegar a la paz no puede ser entendida como un capricho sino como un imperativo, tras el cual está el intento de rescatar del sufrimiento a las víctimas de la violencia y, sobre todo, el deseo de una Colombia que pueda reunir hombres y mujeres, en su diversidad política e ideológica, en torno de instituciones democráticas".
Figura del Gobierno de Dilma Rousseff
En los ocho años de gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, Marco Aurélio Garcia ejerció como asesor-jefe de la Asesoría Especial, cargo en el que fue ratificado por la presidenta Dilma Rousseff.
REDACCIÓN POLÍTICA
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