Por: Mariamne Bolívar
Sinceramente no le entiendo nada de lo que habla el
“presidentico” Santos alias ‘Chuky’. Y no lo digo porque vive en una dimensión
paralela u otro país distinto, pues su lectura de Colombia es muy diferente a
la de la mayoría de los ciudadanos. Tampoco porque el sentido del humor y la
capacidad de ser agradable sean escasos, por no decir nulas, no hay que ser cruel.
Y mucho menos porque sea tartamudo, respeto los defectos ajenos, sobre todo si
se tratan de defectos genéticos y mentales.
No, lo digo porque su mensaje hacia el actual proceso de paz es
completamente confuso y descaradamente cínico.
Por un lado habla de esperanzas de paz, se enorgullece
de ser el que consiguió que se hiciera realidad la actual coyuntura, pero por
el otro lado está generando un ambiente imposible para negociar.
Primero que todo critico sus acciones, o mejor dicho,
sus no acciones, con respecto a los puntos de la agenda acordada con los
insurgentes. No está haciendo absolutamente nada. Segundo su retórica hacía las
FARC y la de sus ministros sigue siendo la misma: terroristas,
narcotraficantes, asesinos, etc. Tercero su terca negativa al cese al fuego y
la persistencia en asesinar a los jefes farianos mientras los llama a dialogar.
Con respecto al primer punto, una de las maneras más
efectivas para demostrar una verdadera voluntad de paz es comenzando a trabajar
en el proceso desde ya. No es con reformas anti populares, desprestigiando el
buen nombre y buenas obras de personas como Piedad Córdoba o Joaquín Pérez
Becerra, mandando al exterminio público y físico a grupos políticos como la
Marcha patriótica y seguir vendiendo el país, entre otras cosas, como se le
demuestra a un grupo insurgente y a las mayorías inconformes que se desea la
paz.
El trato con insultos, amenazas, obras y comentarios
mal intencionados y demás aspectos que conforman el universo discursivo de las
élites, los medios de desinformación y el gobierno nacional, no generan el ambiente de tranquilidad y buenas maneras que
se requiere en cualquier intercambio dialógico, sobre todo si dicho diálogo
tiene la intención de solucionar un conflicto de las magnitudes del colombiano.
Para que este proceso
se pueda llevar a cabo sin tropiezos, lo fundamental es la confianza, y creo
que no genera ninguna confianza asesinar al interlocutor. Uno de los primeros
puntos a tratar es el cese al fuego, pero si esto que es tan esencial no es
negociable para Santos… ya sabemos en lo que va a terminar este “proceso de
paz”, luego que no le echen la culpa a la guerrilla.
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Este es un espacio para la sana exposición de las ideas. La paz se hace con un diálogo fundamentado en la descencia y el respeto. Por favor omitir groserias y vulgaridades.