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Entrevista a los Cdtes. Jesús Santrich, Andrés París y Rubén Zamora

Entrevista
Por Fernanda Sánchez Jaramillo, periodista, maestra en relaciones internacionales y trabajadora comunitaria Portal Pluma

Parte 1/3: Entrevista del portal La Pluma a los Cdtes. Jesús Santrich, Andrés París y Rubén Zamora


Parte 1

Colombia: “No se puede seguir instrumentalizando, ni manipulando de manera utilitarista y simplista, el concepto de la paz”, Jesús Santrich



Entrevista a los Comandantes Jesús Santrich, Andrés París y Rubèn Zamora miembros y voceros de la delegación de paz de las Farc-EP sobre Comisión de la Verdad, Foros de Víctimas, y Medios de Comunicación y Paz



FSJ: ¿Por qué exigen que la Comisión de la Verdad se remonte al año 1936, tiempo de reformas a la Constitución, y de intentos de cambios progresistas en nuestro país por parte de un gobierno liberal, que incluía conceptos como “orden moral”, en lugar de “moral cristiana”, y el entendimiento de la propiedad con una función social, entre otras medidas que no pudieron ser aplicadas?

Jesús Santrich:

Al abordar las discusiones del tema “Víctimas” hemos hablado de dos instrumentos diferenciados en lo que concierne al asunto de la búsqueda de la verdad: uno es la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas y el otro la Comisión de la Verdad. Ambas comisiones son herramientas para el esclarecimiento de los orígenes, causas y consecuencias de la confrontación. Entonces, en este momento te hablaría de la primera porque solamente sobre esa es que hemos hecho ya algunos acuerdos que son públicos y que tiene que ver con su composición, propósitos, mandato, etc. Sobre lo que sería una Comisión de la Verdad aún no hemos avanzado definiciones.

Sobre la Comisión Histórica del Conflicto lo que podemos decir es que uno de los objetivos centrales es darle un contexto histórico a la confrontación política, social y armada que permitan establecer bases sólidas para la definición de la verdad y las responsabilidades.

En el fondo del conflicto el problema de la tenencia y uso de la tierra es fundamental. Existen coincidencias teóricas serias y documentadas de especialistas, que indican que hasta los años treinta del siglo pasado se acentuó en el país una feria de baldíos generando una estructura “bipolar” latifundio-minifundio que configuró un antagonismo profundo entre terratenientes y desposeídos.


La mayoría de ellos población campesina, indígena y afrodescendiente, todos empobrecidos a los que nunca se les resolvió su situación. En esta época de pre-modernidad se hunden las raíces de la guerra que padecemos, por eso el marco temporal lo extendemos a la primera mitad del siglo XX, pues la guerra no inició con el surgimiento de las FARC ni de ninguna otra guerrilla, sino que su génesis está en la violencia de acumulación capitalista que desató el régimen.


Nosotros hemos planteado que entre los años 30 y 70, el conflicto por la tierra está marcado por la violencia política y en ésta se acentúa el conflicto partidista liberal-conservador el cual, en gran medida, giró en torno al despojo de la tierra y destierro de la población rural. Este fenómeno es factor causal primordial del surgimientodel movimiento de resistencia armada que se convierte en guerrilla.

Te refieres con cierta razón al tiempo de reformas a la Constitución, y de intentos de cambios progresistas del gobierno liberal de López Pumarejo. Desde las políticas públicas de este presidente se intentaron emprendimientos de superación de lo que se consideraba era una estructura agraria atrasada. Ahí surgió la Ley 200 de 1936 como intento de modernización del campoy algo similar puede decirse de la Ley 131 de 1961.

Fueron intentos por lograr la modernización productiva del país. Quizás por eso algunos estudiosos llaman esa etapa del 30 al 70 “período de transición”. El propósito de estas decisiones era también calmar la inconformidad del movimiento campesino, pero esos intentos no tocaban el gran latifundio y exacerbaron la “geofagia” de la aristocracia criolla.

En materia de tierra, lo que a la gente humilde se le entregó fueron baldíos, con alta fragmentación de la tierra, pero lejos de los valles productivos interandinos. No se resolvió nada, la desigualdad y la miseria crecieron y la confrontación se profundizó.

Es necesario señalar que contrario a lo que se pretende posicionar en cuanto a que los problemas de violencia son causados por la existencia de la guerrilla en Colombia, la guerilla surgió como consecuencia de aquella, de la opresión y el despojo a que las élites han sometido a la población.

En gran medida las raíces del fenómeno las podemos apreciar estudiando hechos terribles, incluso previos al año 1930, como la masacre de las bananeras de 1928, la legislación represiva que se impuso en aquellos tiempos, adefesios como la Ley Heroica que estableció el delito de opinión, las circunstancias en que por entonces fue ilegalizado el Partido Socialista Revolucionario; un poco antes, el aplastamiento del movimiento de protesta del 14 de enero de 1927 contra los trabajadores de la Tropical oil Company y de la Andian Nacional Corporation en Barrancabermeja, donde fueron asesinados 15 trabajadores, etc. Así se puede mostrar mejor de dónde viene esta confrontación a la que mucha gente solamente le cuenta el medio siglo de existencia de las FARC como obligada forma de resistencia popular armada.


En este drama, la sumisión a los enclaves extranjeros por parte del régimen colombiano y el tratamiento brutal a los trabajadores nacionales ha sido una constante que se extiende hasta los hoy cuando la re-primarización de la economía y la entrega a los intereses trasnacionales vienen acompañados de la muerte y la zozobra que entraña el terrorismo de Estado.



FSJ: ¿Cuando ustedes hablan de completar el cuadro de los horrores de la violencia a qué otros actores se refieren, a qué otras verdades y hasta dónde quieren llegar?

Andrés París:

Empecemos por cuestionar la terminología acuñada por semiólogos y lingüistas para referenciar el tema de las víctimas en los conflictos armados con cierto sesgo que beneficia siempre a los “amos” del poder económico en el mundo.

Tras el llamado pensamiento único y el fin de la historia, laboratorios políticos y lingüísticos para la fábrica del pensamiento neoliberal han entregado nuevas acepciones intentando describir las viejas políticas, que sembraron de violencia y horror a la humanidad, de manera tal que beneficien sus intereses.

Por ejemplo, los llamados “actores de la violencia”. Con esta frase se centra el problema de la guerra como si se tratara de un asunto entre protagonistas armados o dos bandos, ocultando hasta donde más caben la responsabilidad de los Estados, el peso de sus políticas económicas, la responsabilidad de los políticos, que por constitución ejercen el poder y son la instancia legal de las decisiones que tienen que ver con la guerra y la paz, y la responsabilidad de otros sujetos activos en la instigación del conflicto, como es el caso de la gran prensa en la que múltiples elementos de este campo han ayudado a desinformar, a manipular la conciencia nacional y aniquilar la verdad.

Igual ocurre con ciertos personajes de la Iglesia que han incendiado el país desde los púlpitos, convirtiéndose en “actores” con la misma responsabilidad que pudieran tener también los directorios de partidos políticos, como el liberal y el conservador, y el empresariado que ayudó a financiar el paramilitarismo. De todas maneras, algo que está suficientemente claro, aparte de la responsabilidad que tenga cada uno de estos protagonistas de la confrontación es que, poniendo el análisis al derecho, la imputación principal de la violencia y de la guerra de exterminio que ha vivido nuestro país en más de 60 años le cabe al Estado colombiano.

FSJ: ¿Qué tipo de elementos y estrategias incluiría esta Comisión para que las verdades y memorias allí recogidas sean diversas y más incluyentes que la memoria institucional producida hasta el momento por el Estado?

Jesús Santrich:

En cada punto que hemos abordado, las FARC-EP han presentado visiones globales de los problemas a tratar, y al mismo tiempo, hemos expuesto nuestras posiciones alrededor de la situación de crisis económica, política y social que padece el país, incluyendo de manera especial la profunda crisis humanitaria que han generado la guerra sucia y el “terrorismo de Estado”, como factores causales de la confrontación.

Hemos indicado con argumentos irrebatibles que en el Estado radica la máxima responsabilidad en lo que concierne al surgimiento y permanencia del conflicto y sus consecuencias.

Esto implica que el análisis y las soluciones para el punto quinto sobre Víctimas, que contempla los sub puntos sobre derechos humanos y verdad, se asumen, de nuestra parte, desde el plano estructural, desentrañando los orígenes más profundos y efectos. Esto para diseñar desenlaces que satisfagan al conjunto de la población que ha sido golpeada y que, mayoritariamente, compromete a los sectores más empobrecidos y humildes de la nación.

Por eso es que, nuestro enfoque, en cuanto a temporalidad busca ir al menos hasta los años treinta del siglo pasado, en el propósito de mostrar cómo en el fondo del conflicto hay causas de orden económico, muy ligadas al problema de la tenencia, la propiedad y el uso de la tierra, que en últimas alcanzan una dimensión territorial, de factor de poder, de elemento esencial de la confrontación de clases.

La memoria institucional tiende a pasar por alto estos aspectos de orden estructural de la violencia y de la confrontación, enmascara o deja en las tinieblas la principal responsabilidad del Estado y del bloque de poder gobernante en el que están los partidos tradicionales o protagonistas de mucha incidencia como son quienes manejan los hilos de la economía nacional, pero sí ponen de relieve y en primer plano, datos e interpretaciones falseadas, las responsabilidades de quienes han tenido que resistir a la violencia.

A estos los colocan en el plano de grupos armados organizados al margen de la ley, y dentro de esa conceptualización maniquea de la lucha antiterrorista, los descalifican, los estigmatizan y montan en el cadalso mortal de la opinión pública manipulada.

Nuestra estrategia radica en la recuperación de la verdad. Al contrario de lo que se pretende posicionar en cuanto a que los problemas de violencia son causados por la existencia de la guerrilla en Colombia, urge esclarecer que ésta ha surgido como consecuencia de aquella, de la opresión y el despojo a que las élites han sometido a la población.

Para encontrar la verdad y acertar con las soluciones se requiere consultar con el pasado, a partir de unos soportes de trabajo serios y responsables. Por eso, entre los instrumentos necesarios para seguir esa estrategia de búsqueda de la verdad insistimos mucho en la definición de unos principios. Estos están consignados en lo que publicamos en acuerdo con el gobierno como “Declaración de principios para la discusión del punto 5 de la Agenda: Víctimas”que en síntesis es una reiteración detallada del compromiso derespeto de los derechos humanos en todos los confines del territorio nacional, reivindicando su pleno cumplimiento y dimensión.

Y se reitera además, con mucho énfasis, el compromiso de reconocimiento, respeto y resarcimiento a las víctimas de violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario o que sean víctimas del conflicto en general.

Esta declaración debe guiar cualquier acción e iniciativa que se realice en desarrollo del quinto punto, y de todos los puntos que están pendientes por definirse en la discusión del Acuerdo General de la Habana, y apunta especialmente a que se dé el esclarecimiento de la verdad sobre lo sucedido a lo largo del conflicto, incluyendo sus múltiples causas, orígenes y efectos, en el camino de satisfacer los derechos de las víctimas, y de la sociedad en general.

Es importante indicar que cuando en lo que hemos acordado se habla de resarcimiento, existe el compromiso de atender, también, a los principios de universalidad, igualdad y progresividad, sin pasar por alto las vulneraciones que en razón del conflicto hubieran tenido los derechos económicos, sociales y culturales.

Un segundo instrumento es la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, el tercero es el de la Comisión de la Verdad; ambos destinados a que el esclarecimiento de los hechos de la confrontación no se deje para después sino que inicie desde ya.

Están también los foros que se realizaron en Villavicencio, Barrancabermeja, Barranquilla y Cali, alrededor de los cuales infortunadamente hubo mucha manipulación mediática que en vez de abogar por el entendimiento alimentó la vindicta y se harán las audiencias con la víctimas en La Habana, ya se dio la primera, que deben dotarnos de insumos para profundizar en la búsqueda de soluciones y caminos de reconciliación.

Finalmente presentaremos un marco conceptual desde nuestra visión para tener herramientas interpretativas suficientes y un preciso listado de propuestas mínimas entre las que estará nuestra propuesta de Comisión de la Verdad y nuestras ideas en torno a lo que debe ser el proceso de transición hacia la paz justa, desechando cualquier intento de que el Estado se nos convierta en juez y parte o en sujeto omnipotente que imponga los mecanismos de refrendación.

Subrayamos en que con el trabajo de la Comisión Histórica, definitivamente comienza el esclarecimiento de la verdad, que es una tarea que aspiramos complete con detalle un poco más adelanta la Comisión de la Verdad.

FSJ: ¿Cuándo se instalará la comisión de esclarecimiento de las causas y responsabilidades del conflicto, qué avances hay en ese tema?

Jesús Santrich:

Lo que se tiene previsto es que el 21 de agosto, se instalará formalmente la Comisión Histórica del Conflicto.La Comisión Histórica será un instrumento fundamental para el proceso de esclarecimiento de orígenes, causas y consecuencias del conflicto que antecede a la Comisión de la Verdad y tiene la particularidad de que comenzará su trabajo este mismo mes y en concomitancia con el trabajo que las Delegaciones harán en la Mesa.

Este grupo de doce expertos, que harán su primera presentación en La Habana, están facultados también para orientar y contribuir a la discusión del punto sobre víctimas.

Sobre esta comisión hay acordado un mandato, con propósitos y procedimientos de trabajo que operarán durante cuatro meses a partir de la instalación,lo cual quiere decir que a finales de diciembre tendremos el resultado de sus estudios y conclusiones.

La Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas proporcionará el contexto histórico que permita un entendimiento de la confrontación, apegado a la verdad e indicando responsabilidades, no individuales, sino de orden político. Con el trabajo de esta Comisión comienza el esclarecimiento de la verdad que es una tarea que aspiramos complete con detalle un poco más adelanta la Comisión de la Verdad.

FSJ: En su carta al “nuevo” Congreso ustedes hablan de la firma de un Tratado de Paz cuando se firmen los acuerdos. ¿Cómo visualizan ese tratado y cómo se puede llegar a la paz sin reformas estructurales?

Jesús Santrich:

No hay paz justa sin reformas estructurales. Por eso hablamos de la necesidad de firmar un “Tratado de paz”, pues el acuerdo al que lleguemos debe concluir la guerra y esto implica poner fin a las causas que la generaron, adecuando soluciones expuestas de manera clara, integral, objetiva y ordenada con garantías -y no simples promesas, sobre los asuntos de la vida nacional que están comprendidos en el Acuerdo General de La Habana y su Agenda- que tienen que ver con la superación de la miseria, la desigualdad y la carencia de democracia, fuentes principales de la victimización a la cual la plutocrática clase gobernantes ha sometido a las mayorías.

La importancia de un instrumento de esta naturaleza es tal, que por eso hemos insistido en que la población tenga la mayor participación en su construcción.Esto ha sido muy difícil porque cuando pedimos la presencia de delegaciones populares y de partidos y movimientos sociales para hablar en La Habana hubo amenazas de judicialización contra la gente.

Trasladarse a Cuba lo estaban convirtiendo en un delito. Solamente ahora se ha logrado que para el desarrollo del punto quinto las víctimas del conflicto estén presentes en la Mesa de Conversaciones.

Esta misma mecánica debió ocurrir en las discusiones de los puntos anteriores.Ojalá que la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente permita resolver este importante aspecto de la participación ciudadana como factor fundamental en la construcción de la paz.

Volviendo al aspecto de los cambios estructurales, debo decir que la conquista de la paz no será posible si no hay cambios de fondo en materia económica y política. Estos cambios obligan a poner fin al neoliberalismo, a partir del establecimiento de la democracia y la materialización progresiva de la justicia social. No se puede seguir instrumentalizando, ni manipulando de manera utilitarista y simplista, el concepto de la paz, pretendiendo instalar en el imaginario colectivo la idea según la cual la paz es el desarme de la insurgencia.

El sendero cierto de la reconciliación inicia con el reconocimiento de los derechos plenos de la gente y la realización de las transformaciones sociales que el pueblo reclama en las calles. En este sentido, el gobierno no puede seguir repitiendo su perorata guerrerista opuesta al desescalamiento de la confrontación que le exigen las mayorías, ni negarse a poner en marcha desde ahora las soluciones a las exigencias urgentes de las comunidades.

No es nada coherente con un discurso de paz seguir despilfarrando los recursos nacionales en el fortalecimiento bélico, o continuar con el proceso de reprimarización de la economía, en su degeneración extractivista y en el incremento de la dinámica especulativa del capital financiero, etc que hunden la soberanía y entregan el país a las trasnacionales.

Sin cambios estructurales seguramente no habría campo para la firma del anhelado Acuerdo Final, sencillamente porque un compromiso de paz verdadera va más allá de su referencia a la finalización del conflicto armado.Un compromiso de paz verdadera se da cuando con determinación y celeridad se ponen en marcha soluciones los problemas de los que deriva el conflicto en todas sus dimensiones. Esto es, se ponen en marcha los cambios de las condiciones estructurales que atizan la lucha social, desistiendo del militarismo y del engaño torpe que anuncia el pos-conflicto como si fuera el resultado absurdo del aplastamiento militar o del sometimiento de la insurgencia mediante promesas vanas que se hacen al mismo tiempo que se incrementan las injusticias y el militarismo.

Parte 2

Colombia: “De lo que nunca hemos hablado es de indeminzaciones materiales para nadie”, Andrés París

FSJ: Durante los foros regionales familiares de militares y policías afectados por secuestros, asesinatos y minas antipersona insistieron en que revelen el paradero de algunos de sus muertos, de fosas comunes y que los reparen económicamente. ¿Están preparados para escucharlos en La Habana y responder a sus preguntas?

Andrés París:

Sorprende que ahora en el lenguaje sobre víctimas, aparezca la acepción victimaria para referirse a la insurgencia. Históricamente los conflictos los generan los Estados, los rebeldes son la respuesta a estos.

Existe ahora una suerte de hermenéutica enrevesada tendiente a hacer del derecho internacional un cúmulo de normas a-históricas que automáticamente y sin observar siquiera en la subjetividad social apunta a obligar y desactivar la rebeldía y a las insurgencias; en contraste, se tiende a proteger a las fuerzas oficiales porque se opera con una asimetría de favorecimiento increíble.

Por arte del lenguaje, la doctrina de los Derechos Humanos, nacida para defender la sociedad de las arbitrariedades del Estado y de los más fuertes, ahora se descarga a las minorías alzadas y contra los más débiles.

Para el caso, asignándole una cuota de responsabilidad a la guerrilla, se pretende explotar para aplastar, cualquier reconocimiento o pronunciamiento que haga sobre el tema. Con la adiestrada jauría mediática y de teóricos estipendiados para resguardar los intereses de los poderosos se ha construido, además, una nueva asimetría política, jurídica y de todo orden que hasta incluye la lectura que se hace de la historia. Por ejemplo, ya los despojadores de tierra no han sido los latifundistas que tiene en sus manos no menos de un tercio del país, sino la insurgencia; y en ese mismo orden, siendo el Estado y sus paramilitares el autor de más del 80 % de las violaciones a los derechos humanos, el victimario es la insurgencia que se ha alzado contra todos esos atropellos.

En los foros recientes se vio claramente esta manipulación y cómo la máquina mediática trató de convertir el foro nacional en un foro de víctimas de las FARC. También vemos este fenómeno en la reciente citación que hicieron congresistas con el apoyo del partido de gobierno e instituciones como la procuraduría, a un foro de víctimas de las FARC. Desconociendo totalmente la realidad sobre victimización en el país.

Son los Estados, no los rebeldes, y más el colombiano, el autor indiscutible de ese horror que son los “falsos positivos”, las fosas comunes con miles de muertos, las decenas y decenas de masacres que se han dado a lo largo y ancho del país, los millares de desaparecidos, perseguidos y torturados. Y es en últimas, la oligarquía de Colombia, la que ahora busca utilizar la mesa de dialogo en La Habana, para revisar la historia e invertir el cono de las responsabilidades.

Nosotros hemos dicho que estamos dispuestos a escuchar con humildad y responsabilidad a todas las víctimas del conflicto, pero también hemos aclarado que si se pretende que se escuche a los militares y policías que participaron y participan directamente de los actos de guerra.

Entonces también se debe escuchar a los guerrilleros que han sido apresados y heridos, o sus familiares o voceros en la Mesa de conversaciones porque si se considera que del lado de las instituciones armadas oficiales hay afectados por el conflicto, pues de este lado también los hay. El derecho debe ser para ambos lados.

Es más nosotros hemos dicho que estamos dispuestos a abrir el espacio que permita atender el caso de todos los combatientes afectados por la confrontación, a llegar a un entendimiento serio con la contraparte que permita despejar áreas donde ha habido combates para buscar los muertos de lado y lado estén desaparecidos.
Preconstituyente de Víctimas Barrancabermeja

Hemos mostrado disposición para que de lado y lado acabemos con la utilización de todo tipo de explosivos incluyendo las bombas de 500 y mil libras que la fuerza aérea lanza por toneladas contra los campos de Colombia.

De lo que no hemos hablado nunca es de indemnizaciones materiales para nadie. Ni las hemos pedido ni las hemos ofrecido porque creemos que estos asuntos van más allá de los aspectos meramente económicos. Por lo demás es al responsable máximo en la generación de la guerra y su permanencia, el Estado, al que luego de la firma de la paz, le correspondería hacer ese tipo de resarcimientos.


FSJ: En los foros regionales las víctimas de ustedes dejaron en claro que creen que ustedes tienen los recursos para repararlos económicamente ¿Qué tipo de reparaciones tienen ustedes previstas para aquellas personas que por su acción, omisión y equivocación han sido sus víctimas?


Jesús Santrich:


Quizás la respuesta anterior resuelve en gran medida esta pregunta, así que en este campo de lo económico nuestro planteamiento es categórico. Nuestro compromiso con las víctimas del conflicto y sus derechos es pleno y lo hemos consignado de manera detallada en los documentos publicados los días 13 y 14 de agosto, Nuestro compromiso con las víctimas y sus derechos y Victimización del régimen contra las alternativas políticas y los humildes, al inicio del primer ciclo de discusiones sobre esta temática.

Nuestro compromiso es con la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición, en una forma tal que se salga de la retórica y normas vanas que nada resuelven, a una real y efectiva materialización de los derechos. Tenemos la máxima voluntad política para contribuir a que esto sea posible.

FSJ: En los foros, las mujeres de la Costa Atlántica también reclamaron de su parte el reconocimiento de la violencia sexual contra ellas. ¿Cómo responder a estos hechos?

Jesús Santrich:

Hemos dicho en cualquier asunto que toque con las víctimas deben hacerse análisis que comprendan acercamientos y entendimientos complejos sobre la problemática de las víctimas y sus derechos globalmente vista, incluyendo los aspectos estructurales de la violencia, y que no es conveniente seguir reproduciendo la idea de una “victimología de los vencedores” la cual, con la tesis de que las “FARC deben darle la cara a las víctimas”, tratan de colocarnos como en un banquillo de los acusados, como responsables únicos de cosas de todo el dolor que se ha derivado de la guerra. Desde la óptica del régimen, se nos pretende caracterizar como una máquina de victimización y una organización de victimarios.


Insistimos en que estamos aquí para levantar las banderas de las víctimas del conflicto, en especial de las mujeres, niños y ancianos que han recibido los mayores traumas. Este compromiso lo entendemos con alcances de largo vuelo, reivindicando la verdad, la memoria y el sufrimiento, sobre los que se han constituido comunidades de solidaridad, compasión y esperanza que deberemos atender, sin permitir estratificaciones entre víctimas de primera o de segunda, valorando la vida como valor absoluto y la paz como derecho síntesis que nos merecemos todos.

No podemos dejar que prosperen tesis negacionistas o de exculpación de las múltiples responsabilidades históricas frente a la violencia y la guerra que le han impuesto al país,rechazando pactos de silencio y olvido como el cual sellaron las clases dominantes con el Frente Nacional o en sus acuerdos con el paramilitarismo durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.

Las soluciones deberán contar con un ingente esfuerzo fiscal, disponiendo recursos suficientes para el resarcimiento material y espiritual. Dentro de esta línea hemos propuesto la creación de un Fondo Especial para la Reparación Integral, con participación de las organizaciones nacionales de víctimas.

Finalmente diría que nosotros no solamente estamos exigiendo el reconocimiento de responsabilidades por parte de los múltiples y diversos actores responsables, sino que también, manifestamos la voluntad de asumir nuestras propias responsabilidades en concomitancia con nuestro carácter de organización político-militar, nuestras definiciones programáticas y planes militares hacia la toma del poder, nuestra propia juridicidad y reglamentación interna como la de relacionamiento con el conjunto de la población, así como con las leyes de la guerra y las normas del Derecho Internacional Humanitario.



FSJ: Recibieron ya las propuestas presentadas en los foros de Villavicencio, Barrancabermeja, Barranquilla y Cali.¿Qué criterios tendrán en cuenta para elegir las iniciativas a aplicar teniendo en cuenta que muchas de ellas se repiten en las regiones?

Jesús Santrich:

Contamos con la“Declaración de principios para la discusión del punto 5 de la Agenda: Víctimas”. De nuestra parte, hay una política consistente en que nuestras propuestas mínimas siempre las elaboramos retomando el conjunto de propuestas que vienen de los foros. Esta vez no será diferente, pero nos moveremos dentro del marco conceptual fijado en los documentos Nuestro compromiso con las víctimas y sus derechos y Victimización del régimen contra las alternativas políticas y los humildes.


FSJ: En su carta al Congreso decían que no se había hablado en los foros sobre los actores económicos, pero las víctimas sí mencionaron tanto en Barrancabermeja, como en Barranquilla y Cali, foros a los que asistí, no solo a las multinacionales sino también a los gremios. ¿Ayudarán a dibujar el mapa de despojo que han sufrido diversas poblaciones del país, el arrasamiento?

Andrés París:


La delegación de paz de las FARC-EP habla de víctimas de las políticas económicas y estamos desarrollando cómo en la introducción del Acuerdo General, se contempla la necesidad de incorporar la victimización que produce las políticas económicas del Estado.

Hay más muertos directos de estas políticas que por la guerra. Uno de los ejemplos más dramáticos es el número de niños, por ejemplo, que mueren anualmente por causa de la desnutrición. Esto asciende a 5 mil infantes

Bajo esta perspectiva es que cobra mayor trascendencia el principio número diez de la Declaración de Principios acordada con el gobierno y que se refiere al resarcimiento de los derechos económicos, sociales y culturales de la población dentro de conceptos de universalidad, igualdad y progresividad.

En atención a esto también hemos hecho nuestros planteamientos sobre Victimización del régimen contra las alternativas políticas y los humildes, porque desde nuestra perspectiva, la confrontación y la victimización en Colombia tienen dimensiones de naturaleza no solamente política, sino también económica, social y cultural.

No hay hecho de victimización individual y colectiva, que no tenga tras de sí la verdad histórica inocultable, consistente en que los objetos de principales de victimización han sido ya contra proyectos políticos y visiones alternativas de sociedad, especialmente democráticos y revolucionarios; contra la aspiración por romper con el cierre del régimen político y las desigualdades e propias de las relaciones de dominación y explotación; contra las expresiones de masas que derivan en lucha social en función del reconocimiento de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales o contra las luchas que reivindican mejores condiciones de vida y de trabajo para los más pobre, etc.
Foro Nacional de Víctimas de Cali

Lo que configura una realidad y es que sin pasar por alto otras variadas expresiones, las víctimas son y han sido esencialmente sujetos políticos, militantes o simpatizantes ya sea de la política abierta o de la clandestinidad que buscan cambios sociales, y que los procesos y las tendencias de victimización poseen causas sistémicas propias del régimen de dominación y explotación.


FSJ: Durante los dos primeros foros regionales no se recogieron muchas propuestas de reconciliación. En el de Barranquilla surgieron algunas, escuelas de paz, concejos de paz, cátedras de paz, y la utilización del arte como herramienta clave en ese proceso. ¿Cuál es la perspectiva de las Farc sobre la reconciliación?

Jesús Santrich:


Partimos del entendimiento histórico y estructural del conflicto y lo complementamos con todas las ideas que puedan surgir desde el seno de las víctimas y del conjunto de la sociedad sometida a las políticas económicas que mantienen la miseria y la desigualdad como causas fundamentales de la confrontación.

Ninguna iniciativa de paz al estilo de las escuelas de paz, concejos de paz, cátedras de paz, o acudir al arte para forjar la paz nos parecen inconveniente o innecesarias. Todas deben jugar un papel, pero esto debe darse dentro de un contexto en el que los procesos de victimización se entiendan como parte de una compleja mecánica montada en lo esencial, para moldear la configuración específica de la formación socioeconómica.

Respecto a lo anterior, explicamos públicamente que el ciclo más reciente de victimización, un largo ciclo por cierto, ha tenido el propósito de negar u obstruir el derecho colectivo a construir una alternativa política; cierre el sistema político y de representación eliminando físicamente a potenciales alternativas de gobierno; conformar balances locales de fuerza mediante el poder terrateniente, latifundista, gangsterizado y criminal; alistar a sangre y fuero, incluyendo el despojo y el desplazamiento forzado, inmensos territorios para continuar el acaparamiento de tierras y el impulso a megaproyectos minero-energéticos e infraestructurales; estimular la mercantilización y expropiación de los bienes comunes de la sociedad y aumentar la taza de ganancia capitalista, mediante el abaratamiento y precarización del trabajo. Todo esto configura que el panorama en el que se entiende la victimización, esencialmente como un proceso para el despliegue a fondo de nuevas formas de acumulación capitalista, en favor de fuertes grupos económicos y poderes corporativos transnacionales.

Todo en el camino de consolidar el poder político de las clases dominantes, en detrimento de los humildes, que son las víctimas principales de semejante drama nacional. Lo cual indica, que resarcir a las víctimas implicaría poner en movimiento todo aquello que a lo largo de décadas ha sido expropiado en forma recurrente, especialmente el derecho a ser alternativa política y gobierno.

Parte 3

“La falta de difusión del proceso de paz no es política, ni decisión de las Farc”, Andrés París

FSJ: La palabra víctima no tiene un significado único y existen varias acepciones. ¿Qué clase de víctimas se consideran ustedes?


Rubén Zamora:


Por haber sido forzados a la rebelión armada por un régimen antidemocrático, por la prolongación del conflicto a falta de voluntad de paz de quienes hegemonizaron el poder político y económico, porque a nuestras familias las han perseguido, las expulsaron de sus territorios, los despojaron y a otros los asesinaron por causas políticas.

Muchos de nosotros, antes de alzarnos en armas, fuimos de alguna manera víctimas del terrorismo de Estado y, por lo general, hacemos parte de esa inmensa colectividad sometida a la victimización que describimos en la anterior respuesta, pero con la característica de que decidimos alzarnos “legítimamente” en armas para luchar por nuestros derechos y los del conjunto de la sociedad.




FSJ: Cuando ustedes reivindican su condición de víctimas incluyen a sus familiares, amigos, parejas y combatientes prisioneros. ¿Qué precio han pagado ellos por su decisión de alzarse en armas?

Andrés París:


Nosotros sufrimos el dolor de las mayorías nacionales por su situación de miseria y desigualdad. Nos duelen todos sus padecimientos y eso es lo principal que nos motiva en la lucha. Pero también nos duelen directamente los padecimientos de nuestras familias, amigos y compañeros de lucha en el desenvolvimiento de esta confrontación.

Las oligarquías no envían a sus hijos a los campos de batalla ni les toca sufrir las consecuencias de la pobreza cruel que les imponen a las mayorías. En ninguna estadística se encuentran cifras de los hijos de la “clase alta” caídos en combate o haciendo parte del número de desnutridos, gente sin techo o sin necesidades básicas insatisfechas. No.

Los padecimientos los tienen las mayorías humildes de Colombia, incluyéndonos nosotros, que sea quien sea el máximo jefe debe restearse la vida, día a día, sacando adelante los ideales por los que luchamos. Lo hacemos con dignidad y mucha entrega porque creemos que la causa que nos inspira es justa y necesaria.


FSJ: En los foros regionales sus familiares, amigos, parejas no estuvieron presentes. Apenas algunas personas hicieron propuestas acerca de reconocer como víctimas a sus familiares y a los guerrilleros asesinados fuera de combate. ¿Cuándo se dará este importante debate, esa visibilización de la victimización que sus familiares han sufrido?

Jesús Santrich:


Hasta esa situación llega la asimetría que se nos aplica para el manejo público de los asuntos que tiene que ver con la confrontación. Fíjate que los Foros trataron y en mucho lograron, de presentarlos como foros de las víctimas de la guerrilla.

El ingente equipo de “mercenarios mediáticos” del establecimiento se empleó a fondo en ese propósito y lo sigue haciendo. De complemento, sobre nuestras familias y sobre nosotros mismos y nuestros amigos debe imperar el secreto porque el peso de la guerra sucia y el terrorismo de estado así lo han impuesto. Por eso será difícil, por ahora, ver el protagonismo de personas que alcen abiertamente las banderas de la insurgencia. Esperemos que efectivamente un proceso constituyente con garantías de todo tipo permita que por fin podamos expresarnos debidamente.

FSJ: ¿Tienen ustedes estadísticas de hechos victimizantes, desapariciones, secuestros y asesinatos que hayan sufrido sus familiares?

Rubén Mendoza:

Es fácil documentar muchos casos, otros no lo serán, especialmente de aquellos que han muerto en distintas circunstancias. No hay guerrillero alguno que no tenga tras de sí una historia de persecución al menos sobre su propia persona o sus familias. Ya veremos el momento de referirnos a ese asunto en particular. Por ahora, lo más necesario es hablar del problema estructural y sus contenidos históricos.



FSJ: ¿Qué les hace pensar que el Estado que no ha reconocido su responsabilidad en el Genocidio político de la Unión Patriótica, ni reconoce el número de víctimas que ellos presentaron en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 6.528, admita su responsabilidad frente al caso de ustedes?

Andrés París:


Bueno, estamos hablando de generar nuevos espacios, nuevos escenarios para la reconciliación a partir del esclarecimiento de la verdad y el reconocimiento de la víctimas y sus derechos.

Estamos haciendo un compromiso que creemos que es trascendental y que aspiramos a que se cumpla. No creemos a ciegas en el Estado o en el gobierno; lo que queremos es “colocar” optimismo, esperanza... pero la base de ese optimismo y de esa esperanza está en la confianza que tenemos en el pueblo como un protagonista del proceso, capaz de desatar sus potencialidades transformadoras.¡ En eso es en lo que realmente confiamos!

FSJ: ¿Cómo manejan el hecho de que ni el gobierno, ni la sociedad civil, ni los medios de comunicación reconocen la condición de víctima de las Farc?

Jesús Santrich:


Bien, no se propiamente a que tú le llames sociedad civil. En todo caso, estoy seguro que ahí, con esa visión, no se está incluyendo a las organizaciones sociales y políticas populares más esclarecidas. Sí hay una franja que nos desconoce hasta nuestro carácter de organización política revolucionaria y es apenas normal que ello ocurra, si tomamos en cuenta la inmensa ofensiva mediática del establecimiento y las trasnacionales estigmatizándonos y demonizándonos.

Todo eso hace parte de una misma orilla contraria. Afortunadamente en la orilla de las inmensas masas oprimidas eso no se puede definir como algo cierto. Así las cosas, poco nos importa la estigmatización viniendo de donde viene. Ellos están en guerra mediática y la quieren ganar imprimiéndole incluso guerra sucia.

No olvidemos que los grandes medios de comunicación, que hablan por los intereses del empresariado, por el capital financiero, las trasnacionales, etc. son otro actor del conflicto, uno de los más incendiarios. Esto habrá que mirarlo en los acuerdos y encontrarle una solución si realmente se quiere llegar a un acuerdo de paz
.
Proceso de paz y medios de comunicación


FSJ: ¿Cómo es la relación de esta delegación de paz con los medios de comunicación?

Andrés París:
Desde La Habana las dos delegaciones cuentan con la posibilidad acceder a la prensa acreditada extranjera y la nacional, todos los días, mientras hay sesiones de la mesa. La delegación de las Farc-ep cuenta con la página web y una base de datos que le permite enviar a la prensa internacional y colombiana los principales contenidos de las discusiones a través de comunicados informes periódicos. Enfrentamos una táctica y estrategia mediática del régimen colombiano que no deja rueda suelta. El engranaje oficial de prensa recoge experiencias del pasado.

FSJ: No les parece que sus respuestas a la desinformación -con información reciclada o también a los ataques de columnistas contra el proceso de paz, o “atentados mediáticos”, han sido lentas y provocan desesperanza entre aquellos que anhelan la terminación del conflicto armado?

Andrés París:


En el mundo moderno globalizado y en plena revolución cibernética es imposible responder desde la orilla de la oposición de izquierda a la misma velocidad que lo hace la maquinaria mediática en el poder. En Colombia la concentración privada de los medios de comunicación es sencillamente monstruosa. No es posible competir. Pero, hay que dar la batalla construyendo la prensa alternativa.

Las mismas herramientas que han creado los medios digitales hay que aprovecharlos, para ser oportunos y no dejar que la desinformación desaliente a los que integraran el campo democrático. La izquierda colombiana y los partidarios de la paz con justicia social, tienen respuesta y acumulado intelectual. Lo que enfrentan es la asimetría de medios para trasmitir los mensajes que elaboran el creciente movimiento social y la movilización ciudadana.
http://tlaxcala-int.org/upload/gal_8729.jpg
Rubén Zamora: La complejidad del proceso nos exige mucha prudencia y de por medio está la censura y la guerra mediática.



FSJ: ¿Cuál ha sido la efectividad de las redes sociales, facebook y twitter al enviar sus mensajes y perspectivas sobre las diferentes rondas de negociaciones?

Rubén Zamora:


Estamos aprendiendo e intentando mejorar esta posibilidad de comunicarnos con el país y el mundo. Nos parecen instrumentos muy importantes sobre los que debemos cualificar nuestro trabajo, pero sabemos que la capacidad que el bloque de poder dominante tiene para manipular con estas herramientas es enorme.

De ahí que siempre expresemos que se requiere repotencir la solidaridad y marchar hacia una iniciativa de convergencia de medios alternativos progresistas que actúen en mayor sincronía a favor de la información cierta y de los cambios sociales.

FSJ: ¿En qué va la propuesta de tener sus propios medios de comunicación una vez firmado el acuerdo final de paz y de crear esas veedurías para los medios y la socialización de los acuerdos finales?

Andrés París:


Este tema tiene dos aristas: Por un lado, en lo que respecta a los medios para un nuevo movimiento político abierto que surja tras la firma de los acuerdos es un asunto que miraremos durante el desarrollo del punto de la agenda que corresponde a ese tránsito.

Por otro lado, está nuestra visión sobre el manejo general del espectro electromagnético y los medios en concreto. Al respecto, cuando abordamos el segundo punto de discusión en la Mesa presentamos unas propuestas mínimas para la Participación política para la democratización real, la paz con justicia social y la reconciliación nacional.

Entre las diez primeras propuestas incluimos una, la cuarta, que luego se desarrolló y que tenía que ver con la democratización de la información y la comunicación y de los medios masivos de comunicación que tenía muchos aspectos tendientes a romper con el monopolio y el “secuestro” de ella información que hoy existe y vulnera la democracia.

En esencia se planteó expedir regulaciones para garantizar una producción de información y comunicación transparente, equilibrada y veraz; igualmente, normas especiales para impedir la monopolización de los medios masivos de comunicación, democratizar su propiedad y fortalecer la propiedad pública. Sobre este aspecto aún no hay acuerdo alguno y es uno de los catorce ítems, que constituyen las salvedades del punto dos.

FSJ: De hacerse realidad esa propuesta, ¿Cómo garantizarían ustedes -como ex combatientes- un cubrimiento equilibrado de la información y no propagandístico y/o de panfleto?

Jesús Santrich:


Sencillamente actuando con ecuanimidad. Haciendo efectivas las propuestas que hicimos sobre participación política plena de la ciudadanía sin coartar la creatividad y la iniciativa de las colectividades rurales y urbanas. Nuestros planteamientos en esta materia son claros, así que no habría que partir del supuesto de un manejo panfletario o meramente propagandístico.

Recuerda que incluso hemos hablado de hacer una especie de equilibrio entre el manejo público institucional, el manejo comunitario y el manejo privado sin dar pie a la existencia de los monopolios, que es lo más panfletario y antidemocrático que hoy existe.

FSJ: ¿Además del exagerado hermetismo que ha caracterizado esta negociación qué otras fallas han impedido una comunicación efectiva y pedagógica de lo que ocurre en La Habana?

Andrés París:


La falta de difusión del proceso de paz no es política, ni decisión de las FARC. Pública y constantemente hemos criticado ese secretismo que se pretende arropar con el argumento, jamás firmado, de la confidencialidad que supuestamente deben tener los acuerdos que se vayan logrando.

El silenciamiento es política del gobierno de Santos, que solo agitó la importancia de la paz y los esfuerzos que hacemos en La Habana en la ruta electoral camino hacia la reelección. Evidentemente se instrumentalizó el proceso con fines electorales que como ya se lograron hacen para ellos innecesaria, seguramente, lo profusión de más información.

Sacando la reelección el gobierno no va a agitar ni a difundir los aspectos centrales del proceso de paz. Está dedicando ahora la maquinaria mediática a demostrar que las FARC-EP son las principales victimarias del país. Y el tiro les saldrá por la culata, como ya lo advirtió el comandante Timochenko. La instrumentalización del proceso para logros mezquinos no es conveniente para el propósito nacional de reconciliación que es el que se anida en el corazón de las mayorías nacionales.

FSJ: Umberto Eco, decía en su ensayo Para una guerrilla semiológica: "Los mensajes parten de la fuente y llegan a situaciones sociológicas diferenciadas, donde actúan códigos diferentes. ¿Qué harán ustedes para llegar a grupos humanos diversos y generar una efectiva “confrontación” de sus propios códigos políticos, sociales y culturales con los de ellos, que es tan necesaria para el debate y la reconciliación?

Jesús Santrich:


- No conozco el planteamiento de Umberto Eco, pero no creo que como organización político-militar que se ha forjado desde las raíces más humildes del pueblo, viviendo día a día sus necesidades y penurias, las FARC-EP no logren expresarse con un código comunicacional entendible.

- Me es inimaginable que las Farc, con su profunda raigambre campesina y popular de medio siglo caiga en el caso de lo que el mismo Umberto Eco, en su escrito titulado Entre mentira e Ironía llama cooperación fallida ante una petición implícita de diálogo y planteamiento de proyecto social que se inspira desde siempre en las necesidades más sentidas del conjunto social del que vienen.

- Nuestro discurso y nuestros planteamientos tiene constante renovación a partir de las propuestas sencillas y profundas de la gente del común, tal como lo hemos mostrado en el proceso de conversaciones en la Habana, donde nuestras propuestas mínimas surgen de la síntesis que hemos hecho y seguiremos haciendo de los planteamientos de las organizaciones sociales y política populares.
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